China: Hablando chino en Datong.

China: Hablando chino en Datong.

No sé muy bien qué esperaba de China. Sé que el viaje cayó un poco solo, como un tetris del mapamundi y yo estaba con un vacío de destino que encajó perfecto. Por eso desde el inicio China fue una incógnita. Por esto y porque realmente, a diferencia de muchos otros destinos, donde me impregnaba de información desde el inicio, en este caso, sólo me dejé llevar.

Así es como un diciembre de 2016 dos amigas y yo iniciamos el viaje chino de tres aviones, dos escalas y muchas horas de avión.

Tuve innumerables peleas conmigo misma en el viaje, por querer regresar, por cansancio, por las distancias. Sin embargo, lo primero que asoma al hablar de esta experiencia son las sonrisas. Nunca imaginé que pudiera ser un país donde me sonreirían tanto.

Datong, fue un ejemplo concentrado de toda la experiencia. Al norte de la provincia de Shanxi, a unos 240 kilómetros al oeste de Beijing, la ciudad nos recibió desde el tren nocturno con despertador musical incluido. 6 horas cómodamente instaladas en un camarote para cuatro personas.

Todo en Datong fue amabilidad. Desde quién nos ayudó a encontrar el hostel más oculto de mi vida, hasta quien nos paseó por toda la ciudad. Porque si hay algo que permaneció siempre fue el anonimato de todos los héroes. Imposible captar los nombres a la distancia, ni en el apuro del momento. Son sonrisas sueltas que divagan a mi alrededor cuando recuerdo esa ciudad.

Una sonrisa deambula en la madrugada señalando el hostel detrás de una cortina pesada junto a una gran obra de construcción. Ingresamos y el héroe anónimo desaparece. La recepcionista nos prepara un desayuno. Se ríe.

Un sonrisa al final de la entrada a las Cuevas de Yungang nos explica cómo llegar a ellas y nos acompaña durante el trayecto mientras, a lo lejos, vemos una filmación con camiones sin entender nada. Pese al frío intenso, la alegría nos acompaña durante las 252 cuevas que se extienden a lo largo de un kilómetro, llenas de Budas cómplices ocultos en su interior.

Otra nos indica cómo regresar de las cuevas. Las manos del héroe realizan un vaivén entre dos puños tratando inútilmente de explicarnos qué bus tomar. (Dado que en China los números se realizan diferente con las manos, nos dimos cuenta más tarde que quería decirnos algo relacionado con el 10).

Varias caras risueñas en el bus nos miran curiosos y nos explican con gestos grandilocuentes dónde bajar. Ya son carcajadas mientras observan nuestro diccionario para movernos en la ciudad.

Una parejita nos persigue por las calles. Atraviesan las murallas y el Muro de los Nueve Dragones para luego invitarnos a cenar cerca del Templo Huayan. Nos alimentan y nos pagan el regreso para descansar luego de reprenderme por el mal uso de los palitos al cenar.

Son muchas, son anónimas y se retroalimentan mutuamente. Porque eso es lo bello de ese lenguaje. Que es contagioso, que se extiende a una velocidad abismal y siempre, aliviana cualquier carga que uno lleve consigo.

Cuevas de Yungang:

Las cuevas de Yungang a 15 kilómetros del centro de Datong, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2001. Son el mayor grupo de grutas mejor conservado en China. Consta de 252 grutas excavadas en la roca a lo largo de un kilómetro y en su interior albergan hasta 51.000 estatuas de Buda de los más variados tamaños; las más grandes pueden superar los 15 metros y las más pequeñas apenas llegan a los 15 centímetros.

 

Monasterio de Huayan:

Dentro de las murallas de Datong, junto a la entrada del Monasterio Huayan, hay diversos puestos de personas combatiendo el frío intenso de pleno enero. Nada les quita las sonrisas de los rostros.

El recinto del Monasterio está dividido en dos secciones, el Templo Superior alberga el Gran Salón o Salón Mahavira, donde se pueden ver cinco impresionantes estatuas de Buda pertenecientes a la dinastía Ming. Por su parte en el Templo Inferior destaca el Salón Bhaga, contiene una biblioteca con más de 18.000 volúmenes de sutras budistas.

Templos colgantes:

En la ladera del Monte Hengshan, a unos 65 kilómetros al sur de Datong, se puede visitar los famosos Templos Colgantes. El templo original fue construido hace 1.600 años por un solo hombre, un monje budista. Desde entonces ha habido muchas reparaciones y ampliaciones en base a su estructura. Los templos se mantienen en su lugar gracias a vigas de roble insertadas en agujeros, que luego son cincelados en la ladera de los acantilados.

El Templo Colgante es el único que integra taoísmo, budismo y confucianismo. Cuando lo visité estaba desierto y helado.

Murallas de Datong:

La ciudad vieja de Datong estuvo antaño protegida por enormes murallas que el gobierno socialista derrumbó pero el gobierno actual está reconstruyendo. Las nuevas murallas son enormes y en su interior contienen una serie de patios. Desde la cima de la muralla se ven los contrastes de Datong.

pasaporalli.wordpress.com

@sivlyne

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Por mi vida y mi blog pasan muchas cosas. Pasan noches desveladas y días aturdidos. Pasan mochilas y valijas dejando marcas; pasan fotos, ojos, oídos, aromas, recuerdos, vivencias. Pasan las ciudades que nos arrasan y pasa el regreso. Pasa la huella de nuestros viajes. Mi blog surgió en uno de esos tantos regresos, cuando descubrí que me traía conmigo innumerables historias, algunas reales, otras no tanto. Está allí para ser atravesado por quien quiera cruzarlo.

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