Holi festival, magia y color en India.

Holi festival, magia y color en India.

Lo emocionante de los viajes es que pocas veces salen tal cual lo planeas, muchas veces se aproximan muchísimo al itinerario pero siempre están llenos de sorpresas. Y eso fue lo que me pasó en mi viaje fotográfico a la India, en época de Holi Festival.

 

Llegamos a la India en tiempos de caos. Para los que conozcan este país, sabrán que siempre reina el descontrol, mucha gente por todos lados, quejas mezcladas con rezos, protestas, autos, bocinas, vacas, cerdos, monos, ratas y gente y más gente. Pero en este viaje en particular dimos con una importante elección en la que un líder espiritual resultó victorioso. Y claro, muchas ciudades son extremadamente religiosas y esto es muy importantes para ellos. Las calles se llenaron de autos festejando, se escuchaban cohetes y todo tipo de cantos.

Los indios estaban felices pero desquiciados, pues si no eres indio es bastante difícil sobrevivir a una de estas festividades. Y allí estábamos nosotros, queriendo llegar a la ciudad de Vrindavan más específicamente al Banke Bihari temple, donde se cree que nació Krishna, uno de los dioses más importantes de la religión hindú, lugar privilegiado para festejar la holi.

Para nuestra suerte habíamos dado con guía que era un fiel amante de la holi y encantado con la idea de que pudiéramos tomar fotos, Ashish se aventuró a llevarnos con la condición que si se ponía tenso el camino o la gente, abandonaríamos el recorrido y nos dirigiríamos a Jaipur, donde el festejo de la holi es mucho más turístico. “Si yo digo nos vamos, nos vamos”, nos recordaba durante todo el viaje y era imposible negarlo: entre más nos insistía más miedo teníamos. Eso sin contar que durante todo el viaje, a quien le dijéramos que jugábamos Holi en Mathura, respondiera asombrado con un “Elección salvaje”. De todas formas, no se asusten, nada resultó tan salvaje como esperábamos.

Holi Festival en Vrindaban

Llegamos a Vrindavan, una pequeña localidad dentro de Mathura, un día antes de la Holi; fecha clave pues aquel día los juegos alrededor del templo sería durante toda la tarde. Dejamos el auto y  tomamos un Tuk tuk, ya que las calles comenzaban a hacerse más angostas y los pocos vehículos que salían de allí estaban cubiertos de pintura.

Fue así que comenzó nuestra aventura. Cubrí la cámara con unas bolsas y la verdad que fue una buena elección, pues solo hicimos media cuadra y volaba el polvo rosa por todos lados y los niños corrían los autos.

Esa fascinación que tienen los locales por los turistas realmente la vivimos en esta fiesta. Quien nos veía, se desesperaba por lanzarnos polvos, agua con colorantes, sacarse fotos con nosotros.

Caminamos entre las calles siendo saludados por cada vecino que se nos cruzaba. “Happy Holi”, nos decían mientras que pintaban nuestras mejillas, sonrientes, más amables y jocosos de lo normal. Sin ningún problema accedían a que tomes un poco de su polvo y también los pintes. Todo era felicidad, todo era juego.

Grandes y chicos colmaban las calles a ritmo “jare krishná, jare krishná, krishná krishná, jare jare, jare rama, jare rama, rama rama, jare jare”, popular mantra invocando al dios Krishná.

Todo el mundo parecía mucho más amable de lo que habíamos experimentado hasta el momento, pero eso sí, hay que estar atentos pues la bebida alcohólica (prohibida en India), este día digamos que está un poco más permitida y no es raro cruzarse con multitudes que demasiado eufóricas a la hora de pintarte o bailar un tema contigo.

La clave en esta fiesta es intentar ingresar al Banke Bihari templo o, aunque sea, quedarse en sus calles aledañas o puerta. Allí es donde los más grandes fieles se reúnen a festejar animosamente. Colores, cantos, baldes de pintura y no intentes correr, pues una vez que te divisaron correrán hasta poder vaciar el recipiente en ti.

 

Las mujeres y el Holi Festival

Algo que me enloqueció de esta holi fue ver tanta libertad, y si bien hablamos de la libertad como moneda corriente en nuestro país, no lo es en todo el mundo. Las mujeres indias sufren muchos tipos de exclusión regidas por normas sociales que hoy en día aún se conservan. Van desde cómo vestirse hasta cómo comportarse, qué hacer, qué estudiar, qué no estudiar, entre otras cosas más.

La holi rompe esa barrera para quienes aún profesan esas prácticas. Ese día, si bien los hombres colman las calles, algunas aventuradas mujeres se animan a jugar entre la multitud. Bailar, cantar, colorear a sus vecinos, recitar canciones, correr, divertirse.

Puede parecernos algo común pero después de un tiempo en India encontrarse con una situación así es muy reconfortante. Se las ve alegres, jocosas y hasta mucho más animadas a enfrentar el mundo. Es un día de paz y de mucha desinhibición, no les importa caminar mojadas, descubrir sus cabellos o incluso relacionarse.

Vivir la Holi como locales

Cuando preguntás ¿qué día se celebra el holi festival en Mathura?, te dicen “Lunes, Martes, Miércoles, toda la semana es Holi en Mathura”. Y sí, son los más devotos de esta fiesta. Quienes quieran conocer la real celebración no se van arrepentir de haber pasado el día en Mathura y su localidad de Vrindavan.

Por nuestra parte la primera aproximación con el holi festival nos dejó algo de las mejores cosas que le puede suceder a un viajero: amigos locales. Nuestro guía hizo una pequeña parada en la casa de su tía y allí conocimos a sus primos, una pareja hindú recién casada, Anjeli y Siddhartha, su hermana Srashti y su madre Savita. Una familia increíble oriunda de los barrios locales de Mathura.

Luego de charlar un buen rato les contamos nuestro interés por conocer todo sobre la holi y ellos sin ninguna objeción nos invitaron a vivirla junto a su familia y amigos. Y eso fue lo que pasó.

EL THENDAI ES UNA BEBIDA ESPECIALMENTE PREPARADA PARA LA HOLI HECHA DE LECHE, AZAFRÁN Y UNA MEZCLA DE ESPECIAS LOCALES

La primera invitación fue a la festividad nocturna, salimos a las calles del barrio donde mujeres, hombres y niños se sentaban sobre las veredas frente a un monumento a Krishna que ellos mismos elaboraron, bailamos todo tipo de música local, hicimos los pasos típicos, nos enseñaron las canciones locales, los hits de bollywod y nos deseamos felicidad entre todos, como si fuéramos un vecino más, como si siempre hubiéramos sido parte de la fiesta.

Al día siguiente la historia se volvió aún más real. Nos pasaron a buscar por el hotel y continuamos camino por todos los barrios del pueblo. Es muy común que cada familia organice una fiesta por la mañana. Así que nuestra primera parada fue la terraza de Upashita, quien junto con sus vecinos bailaban desacatados mientras llovían colores y las jarras de thendai circulaban cual vaso de agua.

La fiesta siguió ahora por las calles, con los vecinos, los niños que disfrutaban del mejor día del año. Y sí, eso es la holi para ellos, el comienzo de la primavera, la alegría, la desinhibición, el baile, la música por las calles.

Chicos pequeños bailaban cual bailarines sin importar el qué dirán y las mujeres lanzaban palanganas de agua a todo el que se acercase, existían los músicos a domicilios, pequeños grupos de jóvenes que con sus batucadas despertaban a cada vecino para que salieran a bailar a las veredas.

Hombres, ancianos, mujeres y niños todos disfrutando de este festival de color sin importar edad, sin perder la tradición.

“Si te peleaste con un amigo, si hace mucho que no hablas con un vecino, hoy es el día para hacer las paces. Basta con pintar un poco sus mejillas con colores y desearle una feliz holi, porque de eso se trata el holi festival: de perdonar, de dejar atrás los problemas y colorear la vida”

India podrá ser un país con mucha pobreza, muchos problemas y choques culturales pero si algo nos enseñoó en este viaje su gente es a ser feliz con las pequeñas cosas, bailando, sonriendo, coloreando.

www.tachadelalista.com

instagram: @sofimprado

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